Somos una pareja judía ortodoxa. Cuando fuimos por primera vez al Centro de Terapia para Mujeres, estuvimos casados alrededor de un año y medio. La razón por la que fuimos fue porque mi esposo y yo estábamos teniendo dificultades para tener relaciones sexuales. Desde que nos casamos, a menudo me endurecía durante las relaciones sexuales, lo que dificultaba o imposibilitaba la entrada de mi esposo. Me endurecía por el miedo que tenía porque encontraba doloroso el coito. Al principio no hicimos nada al respecto con la esperanza de que dejara de ser doloroso y que aprendiera a abrirme por mí mismo.
Después de dar a luz un año después de nuestro matrimonio, no pudimos tener relaciones sexuales en absoluto porque siempre me apretaba tanto que era imposible que mi esposo entrara cada vez que lo intentábamos.
Llamé a mi ginecoobstetra para preguntarle qué pensaba que deberíamos hacer porque quería poder ser más abierto cuando intentáramos tener relaciones sexuales. Ella sugirió que fuéramos al Centro de Terapia de Mujeres. Decidí llamarlos para ver si podían ayudarme. Fuimos a una visita de consulta y me dijeron que podrían ayudar. Al principio me desanimé un poco por el precio de la terapia. Al final seguí con la terapia y estoy muy contento de haberlo hecho. Todo el tiempo y los gastos valieron la pena.
Ahora podemos tener relaciones sexuales con éxito sin que me resulte doloroso. Incluso ha habido ocasiones en las que he disfrutado de tener relaciones sexuales.
Doy ese tributo a toda la gente maravillosa en Women's Therapy Center. Su amabilidad y paciencia conmigo me han ayudado enormemente. Me gustaría agradecer al Dr. Katz, al Dr. Tabisel, al Dr. Lauren Stietzle y a Sloane Tabisel por ayudarme.
Gracias de nuevo,
-anónimo (noviembre de 2014)
Gracias por su atención.
Para ofrecer su historia, de todos modos, puedo contactarlo en persona, en caso afirmativo, sería muy apreciado.
Comuníquese con nuestra oficina para obtener más información al 516.576.1118 o doctors@womentc.com