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Cáncer femenino (ginecológico)

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Enfrentarse a un diagnóstico de cáncer nunca es fácil, incluso cuando el pronóstico de recuperación es bueno. Las mujeres que se enfrentan a cánceres que afectan sus órganos sexuales, ya sea directa o indirectamente, se enfrentan a un conjunto particular de desafíos.

Este grupo de cánceres está compuesto por cánceres de mama, vejiga y ginecológicos, que incluyen sarcoma de cuello uterino, endometrio, útero, trompas de Falopio, ovario, vagina, vulva y enfermedad trofoblástica gestacional (GTD). En aras de la claridad, nos referiremos colectivamente a ellos como "cánceres femeninos".

Ser diagnosticado con un cáncer femenino obliga a la mujer a afrontar no sólo la enfermedad en sí, sino también la cuestión de quién es ahora como mujer. Incluso en los casos de detección temprana y tratamiento exitoso, las mujeres a menudo se encontrarán sintiendo que sus identidades se han visto comprometidas, mientras luchan por adaptarse a sus cuerpos y espíritus post-cáncer.

El proceso médico urgente que sigue, que incluye pruebas adicionales, cirugía, administración de varios medicamentos, etc., a menudo causa la sensación de estar atrapado en una montaña rusa sin ningún control de su velocidad y dirección.

La forma en que la salud sexual de una mujer se verá afectada por el cáncer y / o el tratamiento del cáncer estará determinada por una variedad de factores, incluido el tipo de cáncer que tiene y qué tan avanzado está; su historia familiar y genética; su estado general de pre-diagnóstico de salud física y emocional; sus hábitos de vida; y el tipo de sistema de apoyo que tiene. Algunos cánceres se dirigirán directamente al sistema reproductivo / genitales, mientras que otros ejercerán efectos indirectos. De cualquier manera, abogamos por un enfoque que tenga en cuenta al paciente como un todo, no solo a las partes específicas de su cuerpo.

Con la urgencia médica como su máxima prioridad, es raro que los proveedores de atención médica aborden las necesidades emocionales de sus pacientes en el momento del diagnóstico, dejándolos sin preparación para los desafíos que se avecinan. Nuestra experiencia clínica con pacientes con cáncer nos ha demostrado una y otra vez que no basta simplemente con abordar las necesidades físicas de una mujer, sino también sus necesidades psicológicas.

La devastación emocional es inevitable: ira, tristeza y el sentimiento de victimización, ¿por qué yo? Preocupaciones por el futuro: ¿reaparecerá el cáncer? Dudas sobre elecciones y opciones: ¿tomé la decisión correcta? Y, ¿he estado recibiendo la mejor atención posible? Los problemas y preocupaciones adicionales pueden incluir

  • Efectos secundarios del tratamiento

  • Pensamientos sobre la mortalidad o la muerte y el morir

  • Navegando por el hospital y el sistema médico

  • Intimidad y citas durante y después de un diagnóstico de cáncer

  • Sexualidad: cambios en el deseo sexual, intimidad.

  • Menopausia inducida (sequedad vaginal, dolor durante el coito, etc.)

  • Problemas relacionados con el trabajo: compartir su diagnóstico en el lugar de trabajo, solicitar una discapacidad, regresar al trabajo durante y después del tratamiento

  • Factores de estrés financiero, como copagos médicos y costos de medicamentos

  • Cómo hablar con sus seres queridos, incluidos los niños, sobre el cáncer

  • Volver a la "normalidad" después del tratamiento

  • Elección de opciones de tratamiento complementarias o alternativas

La radiación pélvica, y especialmente la radiación vaginal interna, tiende a afectar todos los tejidos circundantes, incluida la vejiga, la uretra (conducto de orina desde la vejiga hacia afuera), la vagina, la vulva (labios, etc.), el recto y el piel que lo rodea. Idealmente, el equipo de radiación estará en sintonía con las necesidades de la mujer que se somete al tratamiento brindándole orientación, explicaciones suficientes y tranquilidad, e incluso contacto con otras mujeres que pasaron por el proceso y que pueden ayudar con aliento y una actitud positiva.

Es de suma necesidad la necesidad de instrucciones para el cuidado perineal antes, durante y después del tratamiento, especialmente debido a un hecho que comúnmente se pasa por alto: la mayoría de las mujeres no están familiarizadas con los cuidado genital en general, y no saben cómo gestionar la degradación asociada a la radiación en particular. Se debe prestar más atención al mantenimiento de la elasticidad vaginal para las penetraciones de los exámenes pélvicos y sexuales con dilatadores vaginales.

La radiación pélvica y/o vaginal provoca la presencia de factores estresantes adicionales: ¿dolerá? ¿Arderá? ¿Cuánto me quemará por dentro? ¿Qué efectos secundarios sufriré? ¿Volveré a tener una vagina normal algún día? ¿Cómo uso los dilatadores que me entregaron? ¿Quién me puede ayudar con los dilatadores porque no me lo haré yo? ¿Podré disfrutar de una vida sexual normal una vez finalizada la radiación? ¿Sangraré durante las relaciones sexuales? ¿El pene dañará mi vagina rota? Y la pregunta fundamental: ¿volverá el cáncer de todos modos?

Nuestra intervención atenderá sus inquietudes físicas, emocionales y sexuales, incluida la restauración de las penetraciones vaginales, siempre con el objetivo de garantizar la salud genital y un resultado emocional positivo antes, durante y después del tratamiento.

Contáctanos para más información y para programar una cita.

Manual de sexo y sexualidad para mujeres

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